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martes, 2 de noviembre de 2010

Hace tan sólo unos días se produjo la detención de uno de los impostores más buscados por las autoridades desde hace unas semanas.
El detenido, que responde a las iniciales de D.B.A, de nacionalidad neozelandesa, ha sido acusado de suplantar la imagen del eminente, laureado y polémico filósofo turco, Îkar Türtakthan.
Al parecer, D.B.A utilizó el nombre y datos del profesor para participar en coloquios de dudosa calidad, aunque versiones de terceros aseguran que detrás de esas intenciones “emprendedoras”, se encontraban objetivos mucho menos etéreos, puesto que el detenido se prestaba a hablar con damas que, sin duda, se sentían atraídas por el poder que conlleva codearse con Türtakthan, famoso, a parte de por sus polémicas teorías y trabajos, por serle atribuída una gran virilidad. No en vano, el estudioso es conocido por ser polígamo.
A continuación, trasladamos las declaraciones de una de las víctimas de este farsante, que esperemos sea gravemente penado.

“Conocí a este impostor en una de las fiestas regionales de mi localidad. La verdad es que parecía impensable que el profesor se dejase caer por esta convención, puesto que no goza de una gran reputación, dada la baja calidad del alumnado que a la misma asiste. De hecho, mucha gente acude simplemente atraída por el ambiente festivo, más que por el intercambio de impresiones en los escasos coloquios que se desarrollan.
Hubo un momento en el cuál me acerqué a una de las carpas, la destinada a agasajar a los invitados. Había un grupo de 4 o 5 personas, yo iba preguntando por un compañero, ya que lo había perdido de vista. Tras inquirirles, éste impresentable contestó –no sé si lo encontrarás, pero me has encontrado a mí, soy Îkar Türtakthan.-
Lo que sucedió a partir de ese momento no lo recuerdo muy bien, pues mi estado no era el mejor, como digo, mucha gente, entre la que me incluyo, acudimos más por el ambiente festivo que se respira que por cualquier otra causa.
Fue terrible.”


Sin duda, un desgarrador documento que ejemplifica acerca de lo mucho que se puede desear la posesión de los atributos del controvertido filósofo.

La foto del detenido que ayudó a la policía a identificarle

Jensen Castro

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