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jueves, 19 de abril de 2012

Kim vuelve a casa


De pronto las telarañas del viejo telégrafo se sacudieron y los insectos que las moraban huyeron despavoridos por las vibraciones. No podía ser, ¡la vetusta reliquia volvía a funcionar una vez más!
Convertida en difunto testigo de tiempos más simples, llenaba la estancia con un vivo y resucitado "pi pi pii pi piii" que nos transportó inmediatamente a tiempos de juventud, a actividades clandestinas en los que la filosofía se abría camino alternativo a través de las barreras de la modernidad y la burocracia.

Tras el éxtasis inicial corrimos al aparato, sabiendo que sólo podía significar una cosa ¡Jeong Kim, el filósofo norcoreano volvía a nuestras vidas!

Encerrado en una prisión y condenado a trabajos forzados de por vida, como todos sabrán, por su libro "내가 여기 책임 질게!" que traducido viene a decir "¡Aquí mando yo!". La famosa frase que en él se contiene "El poder siempre ha existido y existirá con un objetivo claro: llenar los resquicios de la sociedad y aglutinarla en un frente común. Dividirlo es negar nuestra esencia de seres gregarios y sólo serviría para debilitar al conjunto. Extirpar por tanto lo subversivo de la sociedad que impide que el poder llegue al último rincón es tarea primordial", fue una de las claves para entender los disturbios de Kaesong de 1976.

El Gobierno de Kim Il Sung lo aprehendió por temor a la tremenda popularidad que estaba alcanzando el pensador, irónicamente fue una aplicación práctica de sus propios principios, y un ejemplo claro de cómo la filosofía irradia nuestras vidas en ocasiones sin saberlo.
Siempre creímos que moriría en la cárcel, pero por lo visto la política de clemencia del nuevo Gobierno lo había liberado,

Tradujimos sus primeras declaraciones provenientes del telégrafo, único medio por el que no era controlado: "Este Gobierno es un blando" fueron sus palabras. Típico de Jeong, fiel a sus principios aunque le conduzcan a la muerte.
Sus planes más inmediatos son volver a la región de la que proviene, Ryangang, donde los ecos de sus palabras aun resuenan desde los años 70 "y luego ya veremos..." manifiesta enigmático.

Aunque no compartamos su visión del mundo, damos la bienvenida entre nosotros a Jeong Kim, que siempre enriquece el debate filosófico aportando un punto de vista autoritario, y le deseamos mucha suerte en todos sus proyectos.


Los seguidores de Kim le esperan en su localidad natal con velas de la suerte


Ray Carlsson

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